Cuando
tenía 26 o 27 años, mi barbero de toda la vida, me sentenció que sería calvo muy pronto. En principio me aterré, traté de hacer lo que era normal, evitar la caida del pelo. En un momento, con la guerra perdida, me detuve a pensar y me di cuenta de que estaba resolviendo bien el problema equivocado. Solo tenía que aceptarme con la honrosa calvicie, heredada en parte de mi padre, el ser humano más noble que ha existido.

A partir de ahí, jamás pensé en si tenía o no cabellos, y con toda honestidad, confieso que nunca en mi vida, me ha preocupado esa situación. Me acepté y en esa misma medida los demás también me han aceptado, no recuerdo a nadie que se haya interesado en mi falta de pelo, a no ser para decirme que me parezco a mi papá, lo cual me hace sentir sumamente orgulloso.
Esa experiencia me llevó en aquel momento, a analizarme y verme tal como soy, con virtudes y defectos. Decir soy así, y eso no es bueno ni malo, solo que tengo este conjunto de características que me hacen único, no tengo que avergonzarme, ni vanagloriarme.
El aceptarme, no significa que crea que tal como soy necesariamente está bien. No. Eso es conformismo. Solo que aquellas cosas que debo cambiar, lo hago, con firmeza, seguridad y consistencia, pero sin castigarme a mi mismo por lo que soy.

Más de uno, ha aludido a la seguridad que muestro en todos los actos de mi vida, y de ser así, yo debo decir que esta emana de que me he aceptado como soy.
Una parte que debo trabajar, es el aceptar a los demás como son, con fortalezas y debilidades, sin querer que cambien, pues a eso no tengo derecho, solo ellos, son dueños de su destino.
Acéptate tal como eres y deja que el otro sea, como es, y verás crecer en ti el sentimiento de seguridad, tan necesario en los profesionales de hoy.
Cada persona tiene características propias de él mismo y aceptarlas es importante.
ResponderEliminarLa verdad es que debo confesar que, no había tenido el placer de entrar al blog, pero empezé a leer y no he podido parar, ni siquiera de opinar; visualizar parte de sus vivencias, graciosas en su mayoría, narradas por usted mismo, con los sentimientos que deja impregnados en cada una de ellas, es una delicia inexplicable para todos los que desconocíamos esa faceta, pero que como yo, no nos sorprendemos de que exista!
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