La alegría: Emoción divina

Hermosa coincidencia la que me ha producido la necesidad de escribir sobre la alegría.

Ayer publiqué en este espacio una entrada, en la cual digo que una de las características de mis estudiantes favoritos es que sean alegres, esto provocó que muchos queridos lectores me llamaran pidiéndome un poco de aclaración y esto coincidió con que esta noche, en misa, escuché relatar el primer milagros de Jesús: convertir el agua en vino, y el joven sacerdote, explicaba que el significado de este primer milagro era que El Señor, al hacerlo, buscaba que no se acabara la alegría, pues el símbolo que representaba el vino era precisamente la alegría. Fijémonos entonces, que Jesús se manifestó por primera vez prolongando la alegría, porque es la emoción divina.

La alegría es una de las seis emociones básicas del hombre, junto con el miedo, la ira, el asco, la tristeza y la sorpresa. De todas la Alegría es la emoción que diferencia al Hombre o Mujer que triunfa.

Para entender esta emoción debemos separar dos conceptos: estar alegre y ser alegre. Lo que le pido a mis estudiantes es que sean alegres, veamos la diferencia.

Cuando la alegría se produce como el resultado de un evento, estás alegre. Si saco buenas notas o si la muchacha que amo me corresponde o si el profesor suspendió el examen o si me encontré con un ser querido, estoy alegre. Fíjense que este es un estado transitorio, que lo provoca algo fuera de mi y que por tanto, yo tal vez puedo ayudar, pero no controlar. El estar alegre depende de mi entorno, no solo de mi.

Ese es un tipo de alegría, que no es a la que me refiero en mi artículo anterior, ni a la que se refiere el padre, cuando habla de la conversión del agua en vino.

A lo que nos referimos es a ser alegres, que es aquel estado permanente en el cual la persona es capaz de valorar positivamente lo que hace, sin importar qué tan penoso sea. Es un estado mental continuo en el cual hemos aprendido a llevar nuestras percepciones, de manera continua, hacia el lado bueno de las cosas que vivimos. Es algo que sale de mi interior, solo depende de mi y que cuando lo logro, soy un ser superior.

Es importante saber que todo lo que hacemos tiene un lado positivo y uno negativo, el Ser Humano alegre, es aquel que lleva siempre, con toda sus intenciones, sus pensamientos, hacia la parte buena de lo que le ha tocado vivir. Es el que emprende con fe lo que hace.

He aprendido en mi vida, a pedirle a Dios, ante cualquier dificultad, que no tarde en enseñarme el lado bueno de lo que me está pasando. Porque tan pronto lo descubro, mi tribulación se convierte en alegría. Recientemente tuve la pérdida de un gran afecto, y el Señor me concedió la dicha de encontrar lo bueno rápidamente y ser alegre, aun en la adversidad que representaba la situación.

Ese es el concepto de ser alegre, estar confiado, tener fe, que no importa lo difícil que es la situación por la que estamos atravesando, podremos salir con éxito de ella, o que en cualquier caso, algo bueno sacaremos de esta.

Para ser alegre, la clave está en la palabra Fe y en la capacidad de trabajo. Si tengo fe, sé que saldré bien y disfruto lo que estoy haciendo, aunque la carga sea pesada, y con mi capacidad de trabajo, puedo convertir en miel la más amarga hiel.

No hay situación adversa, si la enfrentas con fe y con ganas. El Ser Humano que es alegre, sabe que la carga es pesada y no tarda en tomarla, pues está convencido de que llegará a su meta, por su fe y su trabajo.

Para que mis estudiantes entiendan qué quiero, cuando les digo que sean alegres, simplemente les estoy pidiendo que al estudiar, lo hagan disfrutando cada momento, que no vean solo la parte difícil, sino que se concentren en la parte buena y que disfruten el momento. Que tengan fe en su esfuerzo y que lo hagan con pasión. Que no esperen el resultado para estar felices, que sean felices mientras estudian.