Hoy se celebra una de las fiestas más hermosas en la religión Católica: El día de los Santos Reyes Magos. Es hermosa porque está dedicada a los niños, y en todos aquellos mayores de 30 años, debe quedar la nostalgia del encanto que dicha fecha contenía. Era la fiesta de la Ilusión. Acostarse temprano, dejar una hierbas a los camellos, cigarrillos a los Reyes y por si acaso venían con sed, un vaso de agua. Cuánta ternura en esa ingenuidad con que vivíamos el milagro que se producía la noche del 5 de enero y cuánta alegría en el amanecer y la mañana del seis.
El comercio se encargó de hacer estas fiestas incosteables, y hoy al caminar las calles, no encontré más que unos cuántos niños que usaban sus escasos juguetes. En nuestro país hasta se cambió la fecha, con lo cual pasó desapercibido.
Pero también es hermosa, y es lo que quiero compartir con ustedes, por el contenido del relato que nos hace Mateo, en el capítulo 2, en los versículos del 1 al 12, donde hay varias cosas que me sobrecogen.
1. La estrella que anuncia el nacimiento del Salvador y los magos que vienen de oriente y la siguen, confiados en que habrán de encontrar al Rey que ha nacido. Esta parte de la lectura la asimilé hace muchos años y entendí que debemos guiarnos de las señales que nos da Dios. Muchas veces vemos la señal y no nos atrevemos a seguirla.... Qué hermoso es dejarnos guiar por las señales, que nos dicen dónde encontrar la luz y la verdad. Caminemos confiados en la señales de Dios.
2. “Herodes al enterarse se sobresaltó y con él toda Jerusalén” dice el evangelio de Mateo.... y le dice a los Reyes “id y averiguad cuidadosamente sobre ehl niño y, cuando lo encuentren, avisadme, para ir yo también a adorarlo”. Aparece de inmediato la maldad, que siempre existirá junto al bien. Ese pasaje me enseñó que es de ingenuo creer que la maldad no existe. Fíjense que nació el Salvador y de inmediato se puso en camino la maldad. Debemos caminar por la vida sabiendo que la maldad y la bondad son inseparables, donde está la una, siempre nos acecha la otra. Lo que debemos es actuar como lo hicieron los Reyes. No le dijeron que no a Herodes, eso hubiera significado que no podrían haber encontrado a Jesús. Se fueron y como veremos más adelante actuaron como debemos de hacerlo.
3. Cuenta Mateo que después de dejar a Herodes, la estrella los guió hasta donde estaba el niño con María, su madre y que cuándo la estrella se posó, se llenaron de alegría. También hay una enseñanza para nosotros, llenarnos de alegría en la búsqueda de la verdad. “Se arrodillaron, lo adoraron, después abriendo sus cofres le ofrecieron regalos, oro, incienso y mirra. De aquí viene la tradición de los regalos. Entiendo que el mejor regalo que podemos dar al Señor es cumplir con el mandamiento nuevo: amar a tu prójimo como a ti mismo.
4. La parte final es la que más me ha enseñado: “y habiendo recibido en sueño un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino” Cuánta sabiduría...... evadieron la maldad.... Esa es la lógica de actuación que debe guiar tu vida. En cuánto puedas, no tienes que enfrentar la maldad, sino saber evadirla para no caer en ella.
Es ahí la hermosura del relato.... cumplieron los Reyes, adoraron al Mesías, se encontraron con la maldad y regresaron por otro camino. Eso quisiera yo que cada uno de ustedes aprendiera, siempre habrá maldad, y nuestra meta es evitarla, sin necesariamente enfrentarla, ni tener que caer en ella. Ser mansos como la paloma y cautos como la serpiente.. nos enseñan las Escrituras.
2. “Herodes al enterarse se sobresaltó y con él toda Jerusalén” dice el evangelio de Mateo.... y le dice a los Reyes “id y averiguad cuidadosamente sobre ehl niño y, cuando lo encuentren, avisadme, para ir yo también a adorarlo”. Aparece de inmediato la maldad, que siempre existirá junto al bien. Ese pasaje me enseñó que es de ingenuo creer que la maldad no existe. Fíjense que nació el Salvador y de inmediato se puso en camino la maldad. Debemos caminar por la vida sabiendo que la maldad y la bondad son inseparables, donde está la una, siempre nos acecha la otra. Lo que debemos es actuar como lo hicieron los Reyes. No le dijeron que no a Herodes, eso hubiera significado que no podrían haber encontrado a Jesús. Se fueron y como veremos más adelante actuaron como debemos de hacerlo.
3. Cuenta Mateo que después de dejar a Herodes, la estrella los guió hasta donde estaba el niño con María, su madre y que cuándo la estrella se posó, se llenaron de alegría. También hay una enseñanza para nosotros, llenarnos de alegría en la búsqueda de la verdad. “Se arrodillaron, lo adoraron, después abriendo sus cofres le ofrecieron regalos, oro, incienso y mirra. De aquí viene la tradición de los regalos. Entiendo que el mejor regalo que podemos dar al Señor es cumplir con el mandamiento nuevo: amar a tu prójimo como a ti mismo.
4. La parte final es la que más me ha enseñado: “y habiendo recibido en sueño un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino” Cuánta sabiduría...... evadieron la maldad.... Esa es la lógica de actuación que debe guiar tu vida. En cuánto puedas, no tienes que enfrentar la maldad, sino saber evadirla para no caer en ella.
Es ahí la hermosura del relato.... cumplieron los Reyes, adoraron al Mesías, se encontraron con la maldad y regresaron por otro camino. Eso quisiera yo que cada uno de ustedes aprendiera, siempre habrá maldad, y nuestra meta es evitarla, sin necesariamente enfrentarla, ni tener que caer en ella. Ser mansos como la paloma y cautos como la serpiente.. nos enseñan las Escrituras.
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