Santo Domingo
Esta es mi ciudad, aunque a veces he querido tener otra, porqué negarlo,
pero esta me atrapa en los delicados hilos de su luz matinal.
Tiene la belleza que da lo pequeño... y el encanto que posee el mar.
Como queriendo imitar a las grandes ciudades es ruidosita, molestosita,
pero sobre todo es melosa,
envolvente, embriagante, absorvente
Es encantadora y engañosa, con sabor a mar y a tierra húmeda,
con calles que serpentean, como para no dejarte escapar
Me encanta lo caribeño que es su origen colonial
Y lo señorial de su modernidad
Me gusta su brisa nocturna bajando recta desde el norte
Y el sabor a salitre con que el viento acaricia mi cara
La calurosa bienvenida que dan al día los rayos de un sol que se impone
Al horizonte azul aqcua de mis mañanas eternas.
Esta ciudad me llena, porque todo cobra vida,
Y devuelve vida.
Nada es indiferente, nada es ínfimo, todo es importante,
Y si no lo fuera, ella lo hace importante, porque todo lo dice
Su gente es especial
lo mismo se burla, que llora,
y a fin de cuentas, no le importa ni uno ni otro.
Esa gente que hace del rumor su vida y
Que con su calor humano borra la tristeza
Y apuesta a una alegría que tal vez no llegará
Pero que mientras tanto le permite soñar
Esa Gente es la que hace que Santo
Domingo, sea
El lugar justo, donde quiero vivir cuando la vida se torna difícil
O cuando la alegría desborda mis energías
Porque ella, una y otra las atempera.
Demetrio Mota
28 de Abril de 2012
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