
Hoy el Instituto Tecnológico de Santo Domingo, Intec, me distingue con un reconocimiento por veinte años ininterrumpidos de docencia en ese alto centro de estudios superiores.
Me siento muy honrado y altamente agradecido, no solo por el bello gesto de reconocer la labor desarrollada, esto sería más que suficiente para sentirme muy halagado, pero la fuente de mi agradecimiento es fundamental y principalmente por haberme permitido tres cosas:
a)Ser parte durante estos años de la institución más exitosa que ha habido en la República Dominicana en los últimos cuarenta años. Una organización que instucionalizó la educación superior de alta calidad. Una Universidad que ha demostrado que el problema no es la falta de recursos, sino la voluntad de hacerlo bien. He visto rectores, como Rafael Toribio, Altagracita, Marion Landais y Miguel Escala, reproduciendo diariamente el milagro de la multiplicación de los panes y en la escasés, con toda la dignidad, han mantenido muy en alto la cultura de calidad que identifica al INTEC.
b)Compartir con el mejor cuerpo profesoral que uno se puede imaginar, gente de ciencia, pero sobre todo gente de mucho valor humano.
C)Y por último, y no por eso menos importante, participar en la formación de miles de estudiantes, provientes de lo mejor de la juventud dominicana, a los cuales no solo enseñé, sino que también de ellos aprendí.
Estas cosas han marcado mi vida de manera positiva, por lo cual estaré permanentemente agradecido de mis amigos del Intec.
Demetrio Mota
25 de Junio de 2010