sábado, 31 de diciembre de 2011

Dos Mil Doce



A pocas horas de terminar el 2011, concluyo mi balance y estoy muy agradecido con el Creador, porque la mayoría de días fueron gloriosos, llenos de luz, con buena salud, rodeado del cariño de mi familia y mis amigos; llegaron nuevos amigos, nuevos retos, logros, éxitos y sobre todo por los que fueron abundantes en armonía y paz interior.

También le agradezco, que en momentos donde la penumbra cubrió mi horizonte, me dió fuerzas para luchar, cambiar lo que puede y aceptar lo inevitable, sin guardar penas, ni odios, ni rencores.

Para dos mil doce le pido, que me de suficiente humildad para disfrutar las cosas buenas que de seguro me traerá, abundante fortaleza para luchar con aquellas que no me favorezcan y en todo caso, mucha sabiduría para crecer tanto con las buenas, como con las otras.

Que mi fe aumente al máximo en este nuevo año, porque cuando hay fe, los obstáculos impulsan el bienestar.

Feliz 2012.

Demetrio Mota
31 de diciembre de 2012
11. 21 PM

viernes, 30 de diciembre de 2011

La muerte no tiene la última palabra


En Recordación de Doña Lelys

Hoy, durante el último adiós a un ser muy querido, escuché a un sacerdote la frase que titula esta entrada. La usó para recordar a los presentes, el hermoso misterio de la resurrección y la promesa de vida eterna que nos han hecho a los católicos.

Estoy de acuerdo con este hombre de Dios, pero no por lo de la resurrección, que la entiendo de una forma muy particular, sino, porque creo firmemente que aquellos, que al pasar por esta efímera vida, lo hacen dejando una estela de estrellas luminosas que alumbran el camino de los demás, vivirán por siempre en el recuerdo de quienes los conocieron.

Por eso es que para personas como Lelys María Morrobel Hernández, que al vivir marcaron la pauta del bien, la muerte no tiene la última palabra. Su vida ejemplar, será por siempre fuente de inspiración para quienes la tratamos y por tanto vivirá eternamente.

Demetrio Mota
29 de diciembre de 2011