
A pocas horas de terminar el 2011, concluyo mi balance y estoy muy agradecido con el Creador, porque la mayoría de días fueron gloriosos, llenos de luz, con buena salud, rodeado del cariño de mi familia y mis amigos; llegaron nuevos amigos, nuevos retos, logros, éxitos y sobre todo por los que fueron abundantes en armonía y paz interior.
También le agradezco, que en momentos donde la penumbra cubrió mi horizonte, me dió fuerzas para luchar, cambiar lo que puede y aceptar lo inevitable, sin guardar penas, ni odios, ni rencores.
Para dos mil doce le pido, que me de suficiente humildad para disfrutar las cosas buenas que de seguro me traerá, abundante fortaleza para luchar con aquellas que no me favorezcan y en todo caso, mucha sabiduría para crecer tanto con las buenas, como con las otras.
Que mi fe aumente al máximo en este nuevo año, porque cuando hay fe, los obstáculos impulsan el bienestar.
Feliz 2012.
Demetrio Mota
31 de diciembre de 2012
11. 21 PM